jueves, 18 de julio de 2013

La locura en los ojos de un niño


Estos días he visto en la tele una propaganda de ACNUR, la cual arranca con la imagen de una niña de cinco o seis años con la mirada ida, aterrada. Sus  movimientos corporales se repiten con una misma cadencia, de forma continuada ...
Ver a esta niña de esa manera me causó un profundo impacto. Ver los ojos de la locura en un niño es algo muy duro. Es enfrentarnos de forma descarnada con los horrores de la guerra y de la sinrazón humana. El anuncio dice que la niña presenció la explosión de una bomba, lo que no dice es qué fue lo que ha visto o lo que ha perdido para haber quedado  traumatizada de esa manera.
Todos estamos cansados de ver por la tele esta y aquella guerra, incluso con imágenes duras de tiros, bombas, gente corriendo, otros llevando a heridos o muertos en brazos. Lo tremendo es que hemos llegado a tal nivel de separación emocional  que aquello es como ver una película de la que nos olvidamos rápidamente.

Evidentemente evitar las guerras, violaciones de mujeres en aldeas enteras,  el hambre en campamentos de cientos de miles de refugiados, la muerte de miles de niños de enfermedades superadas como el sarampión… es algo que está muy lejos de la posibilidad de ninguna persona, por muy bien intencionado que se esté. Lo que no deberíamos perder es la capacidad de entristecernos y conmovernos  con estas situaciones, porque sinó habremos perdido una capacidad maravillosa como es la empatía y que es la que permite poner algo de equilibrio en este  mundo que vivimos.

Es gracias a la empatía que existe mucha gente altruista trabajando en ongs de ayuda contra el hambre, el maltrato femenino o la mutilación de la mujer, las enfermedades, etc. y que están poniendo su granito de arena para paliar las grandes vergüenzas de este mundo.

Luz y amor para todos, PATRICIA

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