domingo, 17 de febrero de 2013

Aprovechar la sabiduría de los ancianos



La semana pasada hablaba de los viejos, del poco o nulo caso que les hacemos. Hablaba también de que en otras culturas indígenas y en la nuestra, siglos atrás, eran escuchados y reverenciados. Eran quienes daban las soluciones a los problemas y tomaban las decisiones más importantes dentro de su clan, porque eran los depositarios de la sabiduría de la vida.
Hoy en día se prima la juventud como fuente de todo y para todo. Y es en esta banda de edad dónde se buscan las respuestas. En occidente estamos asistiendo a una crisis tremenda, brutal,  de valores, social, económica, etc. Muchos hablan de que haría falta un nuevo orden social y político. Todos somos más o menos conscientes de que las viejas fórmulas no funcionan.

Me pregunto qué pasaría si empezáramos a escuchar a los ancianos, a nuestros “viejos”, qué harían si les preguntáramos como resolver los problemas. Lamentablemente cuando hablamos de la tercera edad muchos piensan en personas incapacitadas física y mentalmente, totalmente acabadas. Evidentemente no todos los ancianos están incapacitados. En este grupo de edad hay personas sanas, fuertes y de mente lúcida, que gracias a los avances de la ciencia tienen una esperanza de vida alta y una buena calidad de vida. A estas personas, hoy en día en occidente, las tenemos apartadas y las tratamos como idiotas que no saben nada.
Qué ocurriría si les diéramos entrada real para que propusieran salidas a nuestros problemas. En un anciano, imagino, -también es verdad que en la viña del señor hay de todo-, cosas tales como el poder, la riqueza, robar, extorsionar, manipular etc, seguramente no tendrían el mismo peso que en alguien joven y ambicioso. Si fuera así, entonces serían libres de proponer salidas altruistas dónde el beneficio personal no tuviera cabida, dónde se primara el bien común, el bien del clan. Con justicia para todos.

Quizás nos estamos perdiendo el aprovechar muchas inteligencias, el tomar decisiones desde la serenidad y reflexión, basadas en la sabiduría de vida y la experiencia. La capacidad de ver las cosas con perspectiva. Quizás nos estamos perdiendo a unos asesores imprescindibles para solucionar los problemas actuales.
Qué pena verdad, que tengamos todo este potencial humano desperdiciado, recluido en los asilos, anestesiado con la tele y el dominó. Obligándolos a permanecer callados y encima haciéndoles sentir que no valen nada… Qué tontos somos, que poco hemos aprendido. Tengo ahora mismo una sensación de involución, de que nos estamos perdiendo muchas cosas. En realidad estamos tan anestesiados como ellos, distraídos con el ruido de los de siempre, que son pocos, pero que nos están dominando e imponiendo sus reglas...El mundo se está convirtiendo en un gran asilo…
Algún amigo me ha reprochado que, en mis últimos artículos, me muestro negativa y pesimista. He de decir que no, que no soy negativa ni pesimista. Escribo, como siempre, en primer lugar como reflexión para mí misma. Me gusta intentar apuntar alguna idea, pero siendo consciente de la realidad. No me resigno. Muchos pensarán que mis ideas son pura utopía, a mi me gusta pensar que siempre hay esperanza y que debemos seguir buscando respuestas.
Quizás las soluciones no son tan complejas, ni vendrán de la macroeconomía, quizás, las  tenemos delante de las narices y no lo vemos. Abramos la mente y los ojos, pongamos en valor lo que el ser humano construyó a través de miles de años de experiencia. No nos olvidemos de lo bueno que hemos conseguido, rescatémoslo y volvamos a ponerlo en su sitio.

Luz y amor para todos, PATRICIA

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