Aunque el ser
humano pretenda autoconvencerse de que es un ser muy evolucionado, mi humilde opinión
es que quizás no lo es tanto como le gustaría y presume sacando pecho.
Las mujeres somos,
en general, las guardianas de la caverna,
lo llevamos en los genes. Como nuestras predecesoras prehistóricas cuidamos de
las crías y son nuestra responsabilidad un sin fin de tareas que deben coordinarse
correctamente porque sino la vida sería un caos. Antes era coser las pieles para
hacer prendas rudimentarias para abrigarse, buscar frutos, raíces y bayas
comestibles y por supuesto agua, que el fuego nunca se apagara, cuidar de los
más viejos o heridos, etc. Ahora es más o menos lo mismo: trabajamos fuera del
hogar, atendemos a los niños, los llevamos al colegio, al médico, les compramos
la ropa, organizamos las compras, la
comida y la casa para que en la caverna todo funcione correctamente.
El hombre sigue
siendo el cazador, el que se va fuera de la caverna y tiene la responsabilidad mayor de traer el
sustento principal. Muchos hombres nos dices: - no se cómo eres capaz de hacer
varias cosas a la vez. Nosotras, al igual que ellos, llevamos estas conductas
en nuestros genes, el reparto de tareas era vital para sobrevivir. Ellos
exclaman: -yo solo puedo concentrarme en una tarea cada vez, y nos hacen la
crítica velada de que hacer varias cosas al mismo tiempo nunca pueden estar
bien. Su razonamiento es entendible,
cuando iban a cazar al mamut si no
tenían toda y únicamente la concentración en matarlo podían acabar muertos,
malheridos o sin comida para el invierno, condenando a muerte por inanición al clan.
Por supuesto no
estoy en contra de compartir tareas, es
más, creo muy saludable que hombres y mujeres, a pesar del peso de la genética,
busquemos el intercambio y fomento de tareas compartidas y propiciemos en las
crías jóvenes cambios culturales que nos harán la vida más fácil y equilibrada
a todos, contribuyendo a rebajar, con el tiempo, el peso de la genética.
Sencillamente
quiero comentar que deberíamos controlar, como siempre, la prepotencia y soberbia
que como especie nos caracteriza y que asumamos que, pese a la tecnología de la
que tanto presumimos, nuestro cerebro todavía es bastante cavernario, lamentablemente
no solo en las diferencias hombre/mujer sino en muchas otras que más bien
parecerían indicar un retroceso e involución. Como siempre en la vida nada es
todo blanco o todo negro. Los científicos descubrieron hace poco que somos una mezcla de bonobos y chimpancés, ambas
especies muy distintas y hasta opuestas entre sí, en lo que a comportamiento
social y de relación se refiere, parece
ser que el quid de la cuestión está en la comida, en la supervivencia, en el poder,
control…. ¿os suena? y también sostienen que tiene relación con los
matriarcados y para mí aquí está lo interesante, pero esto es tema para el próximo post.
LUZ Y AMOR para
todos, Patricia
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