viernes, 7 de diciembre de 2012

Hombres y mujeres, bonobos y chimpancés


Aunque el ser humano pretenda autoconvencerse de que es un ser muy evolucionado, mi humilde opinión es que quizás no lo es tanto como le gustaría y presume sacando pecho.
Las mujeres somos, en general,  las guardianas de la caverna, lo llevamos en los genes. Como nuestras predecesoras prehistóricas cuidamos de las crías y son nuestra responsabilidad un sin fin de tareas que deben coordinarse correctamente porque sino la vida sería un caos. Antes era coser las pieles para hacer prendas rudimentarias para abrigarse, buscar frutos, raíces y bayas comestibles y por supuesto agua, que el fuego nunca se apagara, cuidar de los más viejos o heridos, etc. Ahora es más o menos lo mismo: trabajamos fuera del hogar, atendemos a los niños, los llevamos al colegio, al médico, les compramos la ropa,  organizamos las compras, la comida y la casa para que en la caverna todo funcione correctamente.


El hombre sigue siendo el cazador, el que se va fuera de la caverna y  tiene la responsabilidad mayor de traer el sustento principal. Muchos hombres nos dices: - no se cómo eres capaz de hacer varias cosas a la vez. Nosotras, al igual que ellos, llevamos estas conductas en nuestros genes, el reparto de tareas era vital para sobrevivir. Ellos exclaman: -yo solo puedo concentrarme en una tarea cada vez, y nos hacen la crítica velada de que hacer varias cosas al mismo tiempo nunca pueden estar bien. Su razonamiento es entendible,  cuando iban  a cazar al mamut si no tenían toda y únicamente la concentración en matarlo podían acabar muertos, malheridos o sin comida para el invierno, condenando a  muerte por inanición al clan.


Por supuesto no estoy en contra de compartir tareas,  es más, creo muy saludable que hombres y mujeres, a pesar del peso de la genética, busquemos el intercambio y fomento de tareas compartidas y propiciemos en las crías jóvenes cambios culturales que nos harán la vida más fácil y equilibrada a todos, contribuyendo a rebajar, con el tiempo, el peso de la genética.

Sencillamente quiero comentar que deberíamos controlar, como siempre, la prepotencia y soberbia que como especie nos caracteriza y que asumamos que, pese a la tecnología de la que tanto presumimos, nuestro cerebro todavía es bastante cavernario, lamentablemente no solo en las diferencias hombre/mujer sino en muchas otras que más bien parecerían indicar un retroceso e involución. Como siempre en la vida nada es todo blanco o todo negro. Los científicos descubrieron hace poco que somos  una mezcla de bonobos y chimpancés, ambas especies muy distintas y hasta opuestas entre sí, en lo que a comportamiento social y de relación se refiere,  parece ser que el quid de la cuestión está en la comida, en la supervivencia, en el poder, control…. ¿os suena? y también sostienen que tiene relación con los matriarcados y para mí aquí está lo interesante, pero esto es tema para el  próximo post.

LUZ Y AMOR para todos, Patricia

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