domingo, 16 de diciembre de 2012

Una sociedad más justa es posible




Bonobos y chimpacés solo son parecidos en su apariencia, en cuanto a relación y estructura social no pueden ser más distintos. Desde el punto de vista genético nuestro ADN es idéntico en un 98% al de estos dos monos.
Los científicos dicen que los bonobos son seres apacibles, que resuelven y relajan sus conflictos sociales apareándose, que son básicamente vegetarianos y las hembras tienen en el grupo un papel destacado para que las relaciones entre individuos fluyan, sin mayores contratiempos. Los chimpancés por el contrario son violetos y excitables y sus relaciones internas no están carentes de tensión, cada grupo está sometido a un macho dominante, hacen batidas de otros chimpancés de grupos vecinos a los que no dudan en matar. 
La pregunta es y ¿qué tenemos que ver nosotros con ellos y con estos temas?; los científicos aún están en las fases iniciales de comprender todos estos resultados, empiezan a manejar ciertas hipótesis y es que los seres humanos compartimos rasgos de ambos grupos de monos. Probablemente en las etapas en las que cada grupo de homínidos se fue separando y evolucionando de forma distinta, entre ellos nuestros ancestros, hemos heredado o nos hemos conformado como especie a partir de una rama común y por tanto no es descabellado ver y pensar en las similitudes que compartimos: podemos llegar a ser unos depredadores violentos y sin escrúpulos, pero también podemos relacionarnos y solventar nuestras diferencias a través de formas de relación más apacibles y comunicativas.
Es evidente que de nuestros primos simios nos diferencia el desarrollo de nuestro intelecto, la capacidad de diferenciar el bien del mal, la ética, la empatía, el altruismo, todas características que por mucho que se empeñen en enseñar a otros primates jamás lograrían aprender.
No quiero justificar nuestro peores comportamientos en la genética, solo reflexionar acerca de nuestros más bajos instintos y entender de dónde podrían venir y sobre todo utilizar ese desarrollo mental/intelectual supuestamente mucho más avanzado para conseguir caminar y tener la inteligencia de guiar a las nuevas generaciones hacia modelos de relación social y humana más justa y evolucionada. Hoy más que nunca en el mundo occidental y en la mayor parte del mundo dónde nada ha cambiado y están así desde siempre, muchos estamos alarmados por el cariz que están tomando las relaciones humanas en nuestras sociedades oprimidas y fustigadas por machos dominantes que comandan grupos de asesinos (hay muchas formas de matar personas no solo empuñando armas), que están sometiendo a sus grupos, dónde la mayoría de miembros tienen en las manadas el rango más bajo, su único papel es trabajar para el beneficio y bienestar de los machos y hembras alfa, dónde la exclusión es la tónica, a tal punto que hasta el derecho a la comida se está llevando al límite. No me extrañaría, si seguimos así, que hasta nos nieguen el derecho a aparearnos, un lujo que como sabréis está solo permitido, “entre los animales”, para los alfa, es decir, los miembros del escalafón más alto dentro de la manada.
Visto así nos quedan dos caminos: o irnos a vivir, los que queramos claro está, y ser felices con nuestros primos los pacíficos bonobos, a los que además les dejan practicar sexo libremente, aunque no sean tan “listos” como nosotros o que la sociedad se revele contra los alfa y que luchemos desde distintos ámbitos y medios para que mentalmente no nos rindamos, si dejamos que nos venzan moral y mentalmente entonces sí no tendremos salvación y el vasallaje no solo se seguirá extendiendo sino que se instalará por mucho tiempo. Los cambios de paradigma pueden crearse de forma silenciosa, trabajando cada uno internamente en sí mismo y esto proyectarlo en la sociedad. 
 En mi caso es humildemente intentar despertar conciencias y que los ánimos no decaigan bajo ningún concepto, para otros puede ser implantar en un barrio entre vecinos el trueque,  ayudar a poner en marcha un banco de alimentos, crear un banco de libros en el colegio de tus hijos, hacer obras de teatro en tu ciudad críticas con  la sociedad que despierten conciencias, etc. no tienen que ser grandes cosas, ni con grandes aspavientos mediáticos; como las arañas podemos ir tejiendo una gran red dónde todos nos conectemos y vayamos sabiendo del trabajo de unos y otros y  aprovecharnos y aprender de las buenas experiencias para volcarlas en nuestra comunidad.

Las mayores revoluciones se generan desde abajo, entre todos, todos juntos, pero con valor y sin miedo, el trabajo de todos importa. Plantémosles cara a los alfa de turno y demostrémosles que otra sociedad es posible!
LUZ Y AMOR para todos, Patricia

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