viernes, 30 de noviembre de 2012

Inteligencia emocional para la vida



La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos de una forma equilibrada en todos los ámbitos de la vida. Muchos científicos empezaron a cuestionar el valor de la inteligencia racional como indicador necesario y fundamental para el éxito en la vida, la familia, los negocios, la toma de decisiones, el desempeño profesional, etc. La inteligencia pura no garantiza tener una vida equilibrada y feliz.
 En todas las situaciones de la vida hay un componente emocional que hará que acaben de modo exitoso o interferirá negativamente en la resolución de la cuestión que sea. El repertorio emocional de la persona y su forma de interactuar con los demás provocará  el éxito o fracaso de cualquier tarea o situación emprendida.
La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos a diario, fomentar el trabajo en equipo y tener una actitud empática y social, que nos conduzca hacia una vida plena.
Cuando nos sentimos alterados el 90% se relaciona con nuestro pasado y nuetras emociones y solo el 10% de la alteración se debe a la experiencia presente.

Para caminar hacia una sociedad sana aprendamos a conocernos en profundidad, a mirar con sinceridad en nuestro interior, a separar el presente de historias del pasado, que aflorarán una y otra vez mientras no decidamos mirarlas de frente e intentar comprender de dónde vienen y sanarlas. Si empezamos poco a poco a limpiar nuestro jardín, las flores saldrán por todos los sitios y eso, y solo eso, es lo que verdaderamente somos, lo otro son impurezas que hay que ir limpiando para que nuestro jardín se muestre con toda su belleza.
Padres y maestros debemos ayudar a los niños desde pequeños a conocerse, entender sus sentimientos, conocer al de al lado, ponerse en su piel, trabajar en grupo, porque la opinión de varios siempre es más rica que la de uno en solitario. Si vamos dando estos pasos es posible que nuestra sociedad avance hacia una mayor conciencia a todos los niveles y por tanto nuestra especie tenga una oportunidad!

Luz y amor para todos, PATRICIA

viernes, 23 de noviembre de 2012

Cultivar la empatía en nuestros hijos



¿Qué niños estamos educando? ¿En qué nos estamos equivocando? ¿Porqué la sociedad está enferma moralmente?
Demasiadas preguntas y más dudas que respuestas.
Me preocupa que en los entornos de grupos adolescentes se prime lo “perfecto y bello” (evidentemente a nivel superficial) y se rechace lo imperfecto, lo distinto, “lo feo”. Parece ser que nuestros adolescentes están construyendo sus personalidades sobre unas bases de barro, falsas, porque son un espejismo. Nos acercamos a un abismo peligroso, puesto que en la base hay comportamientos que me recuerdan a ciertas ideologías enfermizas que nos sumieron hace 70 años en una guerra brutal.

 Acaso no contribuye a alentar este tipo de comportamiento y pensamientos excluyentes, que supuestamente toda la sociedad rechaza, que nos estén bombardeando a todas horas, desde todos los sitios, con mujeres hermosas, delgadas, con cabelleras espectaculares, siliconadas, hombres musculosos, delgados, perfectos; hasta han desaparecido de TODOS LOS TELEDIARIOS las periodistas normales y nos han impuesto a todas modelos de pasarela, que además son periodistas.
Si nuestros hijos no ven normalidad por ningún lado y si lo que chupan constantemente es esta falsa perfección es muy posible que se confundan y piensen que el mundo es eso y debe ser eso y que todo lo demás, al más puro estilo hitleriano, hay que desecharlo por imperfecto.

El rechazo a las razas, color de la piel, orientación sexual, religión, cultura, deficiencias mentales o intelectuales son también caras de la misma moneda: rechar lo distinto, lo que no es uniforme y se sale de una franja estrechísima de "aceptados".
Me produce escalofríos pensar en todo esto, pero creo que debemos, los padres responsables a los que nos interese educar buenas personas, ponernos las pilas y hacer un trabajo de fondo diario y continuo, para que nuestros hijos no pierdan el norte, no se pierdan entre tanto pelo rubio, cara blanca, silicona y músculo y se conviertan en idiotas útiles de personalidades enfermizas.
En los colegios están muy preocupados y muchos padres también, por el acoso escolar hacia aquellos más desfavorecidos que no entran en el canon de esta seudo perfección trasnochada. Muchos dicen: toda la vida hubo en los colegios el cuatro ojos, el tonto, el gordo, el nariz grande…, es verdad, pero esto no debe ser consuelo, cada vez hay más suicidios de esos a los que han etiquetado como diferentes y a los que se acosa humillándolos y maltratándolos hasta, en muchos casos, acabar con ellos. Y no nos equivoquemos, hacer el vacío, reirse o burlarse es muy serio y puede lesionar gravemente emocionalmente a una persona tanto como una patada en el estómago.

Debemos estar en alerta máxima porque hay muchas clases de limpiezas étnicas, no quiero ponerme dramática, pero tampoco quiero ponerme una venda en los ojos ante una realidad a la que los padres debemos dar una respuesta contundente y ayudar a nuestros hijos a comprender, interiorizar y separar lo importante, de lo que no lo es, lo que vale la pena en la vida, de lo que no, de la necesidad de ponerse en la piel del otro para comprender sus sentimientos y actuar desde esa conciencia.

Luz y amor para todos, PATRICIA