lunes, 29 de octubre de 2012

Abrazar y que nos abracen



Qué poco abrazamos, nos abrazan, nos dejamos y que poco nos besamos. En muchos casos es un apoyar débilmente dos mejilla y disparar un muac al aire, sin que los labios ni siquiera toquen la cara…
Es evidente que abrazar y besar con sentimiento no lo vamos a ir haciendo por ahí con todo el mundo que vamos conociendo, lo malo es cuando tampoco lo hacemos con la gente que nos importa de verdad, los amigos, los compañeros cuando están pasando un momento malo...

Dar un buen abrazo y un buen beso no solo nos llena el corazón de alegría sino que produce un bienestar generalizado, una contención, un estar ahí, una protección que es muy agradable y ayuda a calmar la ansiedad, tristeza, soledad, angustia etc.
Abrazar es gratis, surgió un movimiento a escala mundial que se extendió como la pólvora de “abrazos gratis”, en la calle, que nos puede dar una persona cualquiera, sencillamente para dar felicidad, sin ninguna otra pretensión. El éxito de la iniciativa corrobora la importancia para la salud emocional de las personas el hecho de sentir el contacto de otro ser humano, aunque solo sea por un instante fugaz.

Hace muchos años se hizo un experimento con monos de apenas unos meses de edad. Usaron tres monitos, a uno le asignaron su madre verdadera, a otro una madre de peluche y al tercero una madre de alambre. Ante situaciones de estrés, el que tenía madre verdadera se aferraba fuertemente a su cuerpo y su madre le abrazaba y protegía con sus brazos rodeándolo y haciendo que se calmara casi al instante. El de madre de peluche se aferraba a la tela con desesperación y permanecía nervioso y ansioso durante mucho rato, costándole recuperar la calma. El de madre de alambre daba vueltas por la jaula como un loco, sin tener a que asirse, ni a donde recurrir mostrando un comportamiento totalmente histérico. Este experimento demostró la importancia de tocar, abrazar, contener, el contacto y calor de la piel… 

Abrazar y ser abrazados es una necesidad que debemos intentar ejercitar más a menudo, no solo por y para el otro sino también por y para nosotros mismos y nuestra salud emocional y felicidad. Somos seres sociales, nos construimos con el otro y gracias al otro. El individualismo y la soledad, es para otras especies no para el ser humano!

Luz y amor para todos, PATRICIA

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