Soy hija de
la emigración y yo misma soy inmigrante. Me duele comprobar el olvido en que cayeron 42 millones de europeos que emigraron a toda América y sí,
no me equivoco, digo bien, 42 millones de alemanes, italianos, españoles, ingleses,
franceses, rusos, polacos…, que llegaron a América en un siglo, desde mediados
del siglo XIX a mediados del XX. Para
los países que salieron y a los países a los que llegaron son fantasmas
inexistentes y hasta molestos, de los que hay poquísima información, lo
cual nos da la pauta de la importancia que se les da. La misma consideración
que tienen los que, desde hace 30 años, llegan a Europa; con qué rapidez
olvidamos quiénes somos y de dónde venimos.
Estas masas humanas son auténticos
parias, de los que nadie se acuerda, ni recuerda, ni agradece nada. Me pregunto
¿por qué ocurre esto? Y como todo en la vida habrá multitud de opiniones, para
mí todas válidas y complementarias. La mía es que unos países sienten verdadera vergüenza de reconocer que no pueden
alimentar a sus ciudadanos y otros piensan que los que vienen son simple mano
de obra para que sus países crezcan, sin
más consideración. A todos molestan, incomodan, sobran y es mejor que se
hagan invisibles. Por supuesto esto es un humilde post y no voy a entrar a
considerar la multitud de problemas sociológicos, culturales, educativos,
sanitarios, etc., etc., que conllevan los flujos migratorios, lo cual es un
tema muy serio y complejo que no se puede banalizar. Este post solo quiere
recordar que el ser humano ha sido nómada desde la noche de los tiempos, a lo largo de los milenios, desde la prehistoria el ser humano se ha movido en
busca de alimento y techo para su familia.
Pensar que ciertos territorios del planeta no serán
asolados nunca por una guerra, catástrofe natural, crisis económica, plaga, epidemia,
etc. etc., creo que es mucho decir y deberíamos ser cautos porque la soberbia ha
acabado con muchos reinos e imperios. En nuestra sociedad actual, supuestamente
evolucionada, un hecho que es intrínseco a la raza humana como es una vida
nómada para sobrevivir lo ninguneamos constantemente. Qué triste que neguemos
nuestra historia, nuestros genes, nuestro identidad y manera de sobrevivir como
especie, porque eso es negarnos a nosotros
mismos.
Luz y amor para todos, PATRICIA
Fundamental recordo. Gracias.
ResponderEliminar