viernes, 21 de septiembre de 2012

Inmigrantes y emigrantes, los olvidados



Soy hija de la emigración y yo misma soy inmigrante. Me duele comprobar el olvido en que cayeron 42 millones de europeos que emigraron a toda América y sí, no me equivoco, digo bien, 42 millones de alemanes, italianos, españoles, ingleses, franceses, rusos, polacos…, que llegaron a América en un siglo, desde mediados del siglo XIX a mediados del XX. Para los países que salieron y a los países a los que llegaron son fantasmas inexistentes y hasta molestos, de los que hay poquísima información, lo cual nos da la pauta de la importancia que se les da. La misma consideración que tienen los que, desde hace 30 años, llegan a Europa; con qué rapidez olvidamos quiénes somos y de dónde venimos. 

Estas masas humanas son auténticos parias, de los que nadie se acuerda, ni recuerda, ni agradece nada. Me pregunto ¿por qué ocurre esto? Y como todo en la vida habrá multitud de opiniones, para mí todas válidas y complementarias. La mía es que unos países sienten verdadera vergüenza de reconocer que no pueden alimentar a sus ciudadanos y otros piensan que los que vienen son simple mano de obra  para que sus países crezcan, sin más consideración. A todos molestan, incomodan, sobran y es mejor que se hagan invisibles. Por supuesto esto es un humilde post y no voy a entrar a considerar la multitud de problemas sociológicos, culturales, educativos, sanitarios, etc., etc., que conllevan los flujos migratorios, lo cual es un tema muy serio y complejo que no se puede banalizar. Este post solo quiere recordar que el ser humano ha sido nómada desde la noche de los tiempos, a lo largo de los milenios, desde la prehistoria el ser humano se ha movido en busca de alimento y techo para su familia.

Pensar que ciertos territorios del planeta no serán asolados nunca por una guerra, catástrofe natural, crisis económica, plaga, epidemia, etc. etc., creo que es mucho decir y deberíamos ser cautos porque la soberbia ha acabado con muchos reinos e imperios. En nuestra sociedad actual, supuestamente evolucionada, un hecho que es intrínseco a la raza humana como es una vida nómada para sobrevivir lo ninguneamos constantemente. Qué triste que neguemos nuestra historia, nuestros genes, nuestro identidad y manera de sobrevivir como especie, porque eso es negarnos a nosotros mismos.

Luz y amor para todos, PATRICIA


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