Muchas veces
me pregunto qué tan fina es la línea que nos separa de la locura. De qué manera
se pierde la razón. ¿Es fácil o difícil que esto ocurra?. Muchas veces escuché
que no es loco el que quiere sino el que puede. Y si el que puede sabe que
quizás pueda ocurrir y se la pasa toda su vida queriendo poner un tapón arriba
de un volcán…
No es que
quiera hacerme la misteriosa, solo que para esto, como para muchísimas otras
cosas, no tengo respuesta.
A veces
pienso que la frontera entre cordura y sin razón quizás no es tan grande.
Cuando
perdemos el control, hasta dónde se pierde, con que intensidad ocurre, qué lo
desencadenó y lo mejor de todo porque no pudimos evitarlo?.
Son muchas
preguntas y no tengo respuestas.
Y la que más
me preocupa es: ¿y si sucede?.
Muchas veces
he pensado que ojalá lo último que pierda cuando me muera sea la razón…
Cómo no
tengo firmado ningún pacto ni con Dios ni con el diablo no puedo saberlo.
Luz y amor para todos, PATRICIA
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