Qué título
más tonto ¿no?. Muchos pensarán: claro que somos vulnerables. Hasta aquí muy
bien, pero la cosa no es tan simple.
El problema
se presenta cuando algunas nos ponemos el traje, ese de lata apretado que nos
permita lucir algo la figura, a veces, de Don quijote y con lanza en mano
salimos a pelearle a la vida…
Y es así
como la sobre exigencia nos atormenta,
nos arrolla y nos acaba tragando.
Y aquellos
momentos en que Don quijote entra en la cantina para relajarse un rato, no
existen. Hay que seguir en la lucha y dando la talla: con el trabajo, el
marido, los hijos, la compra, los trámites, los padres mayores, el resto de la
familia, colegios...
Pero eso sí,
subidas al caballo con la espalda siempre bien erguida y tirando siempre para
adelante sin bajar la mirada, ni las fuerzas.
El caso es
que el personal a estas alturas ya se acostumbró a vivir en casa con rambo
(versión chica) y eso implica que nunca debes
ni puedes estar mal, ni flaquear, ni permitirte estar de mal humor, porque
sino te dicen que estás insoportable y que así no se puede vivir y que si te
duele algo no será para tanto y que ya se te pasará.
Por tanto
como Don Quijote o Rambo hay que estar siempre disponible para todo y
para todos en todo momento.
No estoy
jugando el papel de víctima porque la responsabilidad de nunca haberme mostrado
vulnerable es solo mía. Fui yo quien creó al monstruo y acostumbró a la peña a
convivir con la invulnerabilidad personificada.
Y lamentablemente
con los años empezamos a perder fuelle, a estar más cansadas y a cometer
pequeños fallos, que años atrás eran impensables; entonces llega la gran pregunta:
- y ahora qué hago?, como arreglo
esto?. No quiero seguir así!!!
Pues la
respuesta es un gran: NO LO SE.
Desaprender
unas maneras de actuar de tantos años para mí y los que tengo más cerca no será
fácil, ni rápido, ni sencillo.
Intentaré
poco a poco, para irnos acostumbrando, y lo vayamos asimilando todos, mostrarme
y mostrarles QUE SOY VULNERABLE, que fallo muchas veces y que también me canso
y no llego a todo.
Espero que
con pequeñas dosis de esto, mucha paciencia de todos, por fin comprendamos:
ellos y yo misma, que Don quijote y Rambo llega un momento que también se
quieren jubilar y tomarse la vida con un
poco más de calma!
Luz y amor para todos, PATRICIA
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