sábado, 22 de diciembre de 2012

!Feliz nuevo ciclo! para todos

Ser, pensar, amar, estar cumple un año, gracias a vosotros, que siempre estáis ahí apoyándome y alentándome en esta aventura de expresar ideas. El mundo no se acabó...pese a todo lo que le hacemos sigue y nos vuelve a dar otra oportunidad, generoso y confiado, en que quizás, en algún momento, como los hijos díscolos, rectifiquemos y por fin decidamos cambiar, no por el bien de la madre tierra y el padre universo sino por nuestro propio bien y el de las generaciones futuras.
Los sabios y desconocidos mayas hablaban del fin de un ciclo y el comienzo de otro completamente distinto, todos más o menos somos conscientes que lo antiguo se muere inexorablemente: nuestra forma de relacionarnos, de trabajar, de vivir, de hacer las cosas, en este contexto ¿qué es lo nuevo? En mi opinión debemos y tal vez no quede más remedio, que reinventarnos y como el ave fénix resurgir de las cenizas como un ave nueva, con una mirada más amplia y generosa en todos los sentidos.
¿Y cómo lograrlo?, todos juntos, todos nos necesitamos, todos somos importantes, todos los trabajos y esfuerzos son necesarios. En solitario todo es difícil, en grupo, todo es posible.
La creatividad, ingenio, altruismo y generosidad jugarán un papel importante en la construcción de una nueva humanidad.
¡Feliz nuevo ciclo!

LUZ Y AMOR para todos, Patricia

domingo, 16 de diciembre de 2012

Una sociedad más justa es posible




Bonobos y chimpacés solo son parecidos en su apariencia, en cuanto a relación y estructura social no pueden ser más distintos. Desde el punto de vista genético nuestro ADN es idéntico en un 98% al de estos dos monos.
Los científicos dicen que los bonobos son seres apacibles, que resuelven y relajan sus conflictos sociales apareándose, que son básicamente vegetarianos y las hembras tienen en el grupo un papel destacado para que las relaciones entre individuos fluyan, sin mayores contratiempos. Los chimpancés por el contrario son violetos y excitables y sus relaciones internas no están carentes de tensión, cada grupo está sometido a un macho dominante, hacen batidas de otros chimpancés de grupos vecinos a los que no dudan en matar. 
La pregunta es y ¿qué tenemos que ver nosotros con ellos y con estos temas?; los científicos aún están en las fases iniciales de comprender todos estos resultados, empiezan a manejar ciertas hipótesis y es que los seres humanos compartimos rasgos de ambos grupos de monos. Probablemente en las etapas en las que cada grupo de homínidos se fue separando y evolucionando de forma distinta, entre ellos nuestros ancestros, hemos heredado o nos hemos conformado como especie a partir de una rama común y por tanto no es descabellado ver y pensar en las similitudes que compartimos: podemos llegar a ser unos depredadores violentos y sin escrúpulos, pero también podemos relacionarnos y solventar nuestras diferencias a través de formas de relación más apacibles y comunicativas.
Es evidente que de nuestros primos simios nos diferencia el desarrollo de nuestro intelecto, la capacidad de diferenciar el bien del mal, la ética, la empatía, el altruismo, todas características que por mucho que se empeñen en enseñar a otros primates jamás lograrían aprender.
No quiero justificar nuestro peores comportamientos en la genética, solo reflexionar acerca de nuestros más bajos instintos y entender de dónde podrían venir y sobre todo utilizar ese desarrollo mental/intelectual supuestamente mucho más avanzado para conseguir caminar y tener la inteligencia de guiar a las nuevas generaciones hacia modelos de relación social y humana más justa y evolucionada. Hoy más que nunca en el mundo occidental y en la mayor parte del mundo dónde nada ha cambiado y están así desde siempre, muchos estamos alarmados por el cariz que están tomando las relaciones humanas en nuestras sociedades oprimidas y fustigadas por machos dominantes que comandan grupos de asesinos (hay muchas formas de matar personas no solo empuñando armas), que están sometiendo a sus grupos, dónde la mayoría de miembros tienen en las manadas el rango más bajo, su único papel es trabajar para el beneficio y bienestar de los machos y hembras alfa, dónde la exclusión es la tónica, a tal punto que hasta el derecho a la comida se está llevando al límite. No me extrañaría, si seguimos así, que hasta nos nieguen el derecho a aparearnos, un lujo que como sabréis está solo permitido, “entre los animales”, para los alfa, es decir, los miembros del escalafón más alto dentro de la manada.
Visto así nos quedan dos caminos: o irnos a vivir, los que queramos claro está, y ser felices con nuestros primos los pacíficos bonobos, a los que además les dejan practicar sexo libremente, aunque no sean tan “listos” como nosotros o que la sociedad se revele contra los alfa y que luchemos desde distintos ámbitos y medios para que mentalmente no nos rindamos, si dejamos que nos venzan moral y mentalmente entonces sí no tendremos salvación y el vasallaje no solo se seguirá extendiendo sino que se instalará por mucho tiempo. Los cambios de paradigma pueden crearse de forma silenciosa, trabajando cada uno internamente en sí mismo y esto proyectarlo en la sociedad. 
 En mi caso es humildemente intentar despertar conciencias y que los ánimos no decaigan bajo ningún concepto, para otros puede ser implantar en un barrio entre vecinos el trueque,  ayudar a poner en marcha un banco de alimentos, crear un banco de libros en el colegio de tus hijos, hacer obras de teatro en tu ciudad críticas con  la sociedad que despierten conciencias, etc. no tienen que ser grandes cosas, ni con grandes aspavientos mediáticos; como las arañas podemos ir tejiendo una gran red dónde todos nos conectemos y vayamos sabiendo del trabajo de unos y otros y  aprovecharnos y aprender de las buenas experiencias para volcarlas en nuestra comunidad.

Las mayores revoluciones se generan desde abajo, entre todos, todos juntos, pero con valor y sin miedo, el trabajo de todos importa. Plantémosles cara a los alfa de turno y demostrémosles que otra sociedad es posible!
LUZ Y AMOR para todos, Patricia

viernes, 7 de diciembre de 2012

Hombres y mujeres, bonobos y chimpancés


Aunque el ser humano pretenda autoconvencerse de que es un ser muy evolucionado, mi humilde opinión es que quizás no lo es tanto como le gustaría y presume sacando pecho.
Las mujeres somos, en general,  las guardianas de la caverna, lo llevamos en los genes. Como nuestras predecesoras prehistóricas cuidamos de las crías y son nuestra responsabilidad un sin fin de tareas que deben coordinarse correctamente porque sino la vida sería un caos. Antes era coser las pieles para hacer prendas rudimentarias para abrigarse, buscar frutos, raíces y bayas comestibles y por supuesto agua, que el fuego nunca se apagara, cuidar de los más viejos o heridos, etc. Ahora es más o menos lo mismo: trabajamos fuera del hogar, atendemos a los niños, los llevamos al colegio, al médico, les compramos la ropa,  organizamos las compras, la comida y la casa para que en la caverna todo funcione correctamente.


El hombre sigue siendo el cazador, el que se va fuera de la caverna y  tiene la responsabilidad mayor de traer el sustento principal. Muchos hombres nos dices: - no se cómo eres capaz de hacer varias cosas a la vez. Nosotras, al igual que ellos, llevamos estas conductas en nuestros genes, el reparto de tareas era vital para sobrevivir. Ellos exclaman: -yo solo puedo concentrarme en una tarea cada vez, y nos hacen la crítica velada de que hacer varias cosas al mismo tiempo nunca pueden estar bien. Su razonamiento es entendible,  cuando iban  a cazar al mamut si no tenían toda y únicamente la concentración en matarlo podían acabar muertos, malheridos o sin comida para el invierno, condenando a  muerte por inanición al clan.


Por supuesto no estoy en contra de compartir tareas,  es más, creo muy saludable que hombres y mujeres, a pesar del peso de la genética, busquemos el intercambio y fomento de tareas compartidas y propiciemos en las crías jóvenes cambios culturales que nos harán la vida más fácil y equilibrada a todos, contribuyendo a rebajar, con el tiempo, el peso de la genética.

Sencillamente quiero comentar que deberíamos controlar, como siempre, la prepotencia y soberbia que como especie nos caracteriza y que asumamos que, pese a la tecnología de la que tanto presumimos, nuestro cerebro todavía es bastante cavernario, lamentablemente no solo en las diferencias hombre/mujer sino en muchas otras que más bien parecerían indicar un retroceso e involución. Como siempre en la vida nada es todo blanco o todo negro. Los científicos descubrieron hace poco que somos  una mezcla de bonobos y chimpancés, ambas especies muy distintas y hasta opuestas entre sí, en lo que a comportamiento social y de relación se refiere,  parece ser que el quid de la cuestión está en la comida, en la supervivencia, en el poder, control…. ¿os suena? y también sostienen que tiene relación con los matriarcados y para mí aquí está lo interesante, pero esto es tema para el  próximo post.

LUZ Y AMOR para todos, Patricia

viernes, 30 de noviembre de 2012

Inteligencia emocional para la vida



La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos de una forma equilibrada en todos los ámbitos de la vida. Muchos científicos empezaron a cuestionar el valor de la inteligencia racional como indicador necesario y fundamental para el éxito en la vida, la familia, los negocios, la toma de decisiones, el desempeño profesional, etc. La inteligencia pura no garantiza tener una vida equilibrada y feliz.
 En todas las situaciones de la vida hay un componente emocional que hará que acaben de modo exitoso o interferirá negativamente en la resolución de la cuestión que sea. El repertorio emocional de la persona y su forma de interactuar con los demás provocará  el éxito o fracaso de cualquier tarea o situación emprendida.
La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y frustraciones que soportamos a diario, fomentar el trabajo en equipo y tener una actitud empática y social, que nos conduzca hacia una vida plena.
Cuando nos sentimos alterados el 90% se relaciona con nuestro pasado y nuetras emociones y solo el 10% de la alteración se debe a la experiencia presente.

Para caminar hacia una sociedad sana aprendamos a conocernos en profundidad, a mirar con sinceridad en nuestro interior, a separar el presente de historias del pasado, que aflorarán una y otra vez mientras no decidamos mirarlas de frente e intentar comprender de dónde vienen y sanarlas. Si empezamos poco a poco a limpiar nuestro jardín, las flores saldrán por todos los sitios y eso, y solo eso, es lo que verdaderamente somos, lo otro son impurezas que hay que ir limpiando para que nuestro jardín se muestre con toda su belleza.
Padres y maestros debemos ayudar a los niños desde pequeños a conocerse, entender sus sentimientos, conocer al de al lado, ponerse en su piel, trabajar en grupo, porque la opinión de varios siempre es más rica que la de uno en solitario. Si vamos dando estos pasos es posible que nuestra sociedad avance hacia una mayor conciencia a todos los niveles y por tanto nuestra especie tenga una oportunidad!

Luz y amor para todos, PATRICIA