viernes, 27 de enero de 2012

La crisis global: espejo de una crisis interior y particular



De todas las definiciones que da la Real academia de la lengua de la palabra “crisis”, me quedo con las siguientes: 
f. Mutación importante en el desarrollo de otros procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales.
 f. Situación de un asunto o proceso cuando está en duda la continuación, modificación o cese.
 f. Situación dificultosa o complicada.
 
De las 3 podría inferirse que hacen referencia a “cambios”. Todos estaremos de acuerdo en que el mundo está cambiando fuertemente desde hace unos años. Cambios económicos y materiales, pero también internos  que llevan a replanteamientos personales y particulares. Aunque algunos se nieguen a cambiar, la marea de los acontecimientos nos arrastran y nos obligan  a pensar y por tanto cuestionarnos hacia dónde vamos o mejor dicho hacia donde nos gustaría ir.
 Muchos opinan que estamos ante una oportunidad única de hacer las cosas de forma diferente y ¿por qué deberíamos hacer las cosas de modo diferente?, pues porque la evolución humana y planetaria nos obliga a ello, todo muta y cambia. No es nuevo para el planeta sino intrínseco a su naturaleza que haya bruscos cambios climáticos y fuertes cambios evolutivos en las especies. Los ciclos empiezan, se desarrollan y terminan para dar paso a un período nuevo.

 El ser humano comienza a estar preparado para un desarrollo mental y espiritual superior, aunque muchos      penséis que parece lo contrario. Los que niegan este hecho o lo silencian hacen ruido y tienen mucho poder mediático y material, pero si estamos con las antenas bien dirigidas y miramos a nuestro alrededor, más allá de las manipulaciones de estos pocos, descubriremos un mundo de posibilidades que se abre a nuestros ojos. 
No claudiques antes de tiempo, empieza a mirar dentro de ti y piensa de qué modo puedes contribuir a este nuevo ciclo, que se presenta como una oportunidad maravillosa para crecer, evolucionar  y seguir adelante con una mirada nueva!
Luz y amor para todos, PATRICIA

viernes, 20 de enero de 2012

Los amigos nos recuerdan lo que en verdad somos!


Las relaciones constituidas en la infancia y adolescencia, qué encierran en realidad, me pregunto por qué esos vínculos forjados hace tantos años son tan poderosos. La verdad para mí es un misterio difícil de explicar. Pero vayamos por partes.

 En la infancia podríamos convenir que “somos naturales y puros”, sinceros y directos, sin medias tintas, graciosos, amorosos o muy crueles. En la  adolescencia, todo sigue más o menos igual, los grises no existen y todo es blanco o negro y se pasa del amor al odio a la velocidad del rayo.
Cuando llegamos a la edad adulta empezamos a poner filtros y nos volvemos más  sínicos,  nos ocultamos, somos más  hipócritas, menos tolerantes, lo cual dificulta las nuevas relaciones. Pero he de decir, en favor de los adultos, que estos filtros se usan no porque seamos peores personas sino para protegernos de posibles abusos, ataques, burlas,  enjuiciamientos, que seguro vivimos en nuestra infancia y adolescencia.

 Y fue justo ahí  donde, poco a poco, empezamos a ocultarnos en un caparazón muy grueso que esconde nuestro ser puro y divino, nuestra verdadera esencia, a la que tendrán acceso muy pocos, entre ellos, nuestros primeros amigos.
Sentimos y conectamos con estas personas, a un nivel profundo, con ese ser tierno, puro y blanco, que es lo que en verdad SOMOS y que ellos conocen y  comprenden tan bien.

Dedico este post especialmente a MIS DIOSAS INMACULADAS a las que tuve ocasión de recuperar siendo una adulta y a las que me siento poderosamente unida, más allá de todo lo que nos hicimos y dijimos, más allá de la distancia y de los años transcurridos.
Estas relaciones son un poderoso recordatorio de que nuestra verdadera naturaleza es limpia, sincera y divina, SIEMPRE y solo esto es lo que verdaderamente somos! No lo olvides.

Luz y amor para todos, PATRICIA.

lunes, 16 de enero de 2012

El Camino de Santiago eres tu


 
El camino de Santiago es inspirador desde muchos puntos de vista. Hace un par de años me hice el firme propósito de hacerlo. Después de caminar desde septiembre de 2011, todos o casi todos los días, por un sendero, de un río cercano a mi casa, donde tengo la oportunidad de estar sola, conmigo, pensando, sintiendo, andando, meditando, me he dado cuenta que estaba haciendo el Camino.
En realidad comprendí que, "el camino", es una metáfora, da igual por donde camine, en realidad es un viaje interior, con quien andamos es con nosotros mismos, a quien aprendemos a comprender, perdonar, animar, iluminar es a nosotros mismos.
No niego la fuerza energética que debe tener el Camino de Santiago con andantes y buscadores de toda índole, nada menos que  desde la edad media, no descarto hacerlo también, pero se que solo sería un sumar a lo que ya estoy haciendo.
 
Los médicos nos recomiendan, por salud para el cuerpo, que andemos una hora diaria. Claro, muchos pensaréis como yo que coñazo andar sin ton ni son, porque sí, bueno es verdad que podemos disfrutar del paisaje o los que son muy obedientes lo hagan sin más..., pero qué coño los médicos como siempre intentan diseccionarnos vivos como si fuéramos: cerebro, piernas, hígado, corazón, mente (que no espíritu, que son gente seria y no pierden el tiempo en chorradas), en fin un montón de neuronas, carne, huesos y músculos que van cada uno por su lado...
Yo aporto mi granito de arena diciendo: y si unimos todo, de una vez, y andamos porque es bueno para nosotros, como entes enteros y complejos, capaces de quitar un sin fin de ventajas del simple acto de andar... Pruébalo verás que cuando el andar cobra sentido, ya no puedes dejar de hacerlo, será parte de ti y acabará siendo una necesidad!!